En conversaciones con mi amigo Alcides sobre las imposiciones y amenazas
de aranceles de Trump a sus socios más cercanos, mientras los Trumplovers
celebraban el avasallamiento de su líder, siempre me surgía la pregunta: “¿Qué
nos espera a nosotros?” Esta pregunta parece encajar perfectamente con el
refrán: "Cuando veas la barba de tu vecino arder, pon la tuya en
remojo."
El pasado miércoles, en el denominado "Día de la Liberación",
el polémico mandatario estadounidense presentó la lista de países que deberán
pagar impuestos adicionales para vender sus mercancías en los Estados Unidos.
Entre ellos se encuentra la República Dominicana, a la que se le impondrá un
arancel del 10%. Con esta medida, Trump nos da la primera pomada de supremacía
y poder, ignorando el acuerdo de libre comercio firmado entre EE. UU. y la
República Dominicana.
Para justificar estos aranceles, Trump ha declarado una “emergencia nacional”, alegando que la situación comercial actual representa un riesgo para la seguridad de EE. UU. Sin embargo, esta justificación resulta difícil de aplicar a la República Dominicana, considerando el superávit comercial que los Estados Unidos mantienen con nuestro país.
Es importante recordar que Estados Unidos es el principal destino de las
exportaciones dominicanas, absorbiendo más del 53% del total. Por lo tanto,
cualquier alteración en las condiciones comerciales representa un riesgo
significativo para la estabilidad económica de nuestra nación.
Sectores más Afectados y Vulnerabilidades
Entre los productos que enfrentarán el aumento arancelario se encuentran
bienes de alto valor agregado y productos tradicionales como cigarros,
dispositivos médicos, instrumentos de precisión, joyería, productos
farmacéuticos, cacao, calzado y textiles. Sin embargo, el golpe más fuerte se
dará en las zonas francas, ya que el 74.3% de sus exportaciones tienen como
destino Estados Unidos.
Violación del DR-CAFTA
Expertos en comercio internacional han señalado que esta medida
arancelaria va en contra de los principios establecidos por el Tratado de Libre
Comercio entre República Dominicana, Centroamérica y Estados Unidos (DR-CAFTA),
el cual promueve la eliminación progresiva de barreras arancelarias para los
productos originarios de los países firmantes. El Artículo 3.3 del acuerdo
prohíbe expresamente el aumento unilateral de impuestos aduaneros. Por tanto,
la decisión de Trump podría interpretarse como una violación a los compromisos
adquiridos bajo el tratado.
A pesar de esto, Trump sigue adelante con su política, subestimando las
normas establecidas para regular las relaciones comerciales internacionales y
privilegiando el uso de la fuerza y la subordinación, como ya lo ha hecho con
otros socios comerciales en el marco del TMEC.
Opiniones de Internacionalistas, Empresarios y Economistas
Los analistas internacionales prevén que estas políticas podrían generar
inflación, desaceleración comercial y volatilidad en los mercados financieros
globales. Además, existe el riesgo de que otros países implementen represalias,
lo que podría desencadenar una escalada proteccionista perjudicial para la
economía mundial.
Economistas como Jaime Aristy Escuder advierten que la imposición de un
arancel del 10% a los productos dominicanos afectará negativamente las
exportaciones del país. Provocando una disminución de las ventas internacionales,
por lo que el flujo de divisas podría verse mermado, lo que aumentaría la
presión cambiaria en el mercado local, explicó el economista Haivanjoe Ng
Cortiñas,
De su lado, Antonio Ciriaco, decano de la Facultad de Ciencias
Económicas y Sociales de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, también
coincide en que las zonas francas serán las más afectadas.
Por su parte, los empresarios, a través de César Dargam, vicepresidente
ejecutivo del Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep), reconocen que
cualquier aumento de aranceles por parte de nuestro principal socio comercial
tiene un impacto directo en nuestras exportaciones.
Desde la Asociación Dominicana de Exportadores (Adoexpo), su
vicepresidenta Roselyn Amaro Bergés comentó que la entidad está monitoreando de
cerca las políticas comerciales de EE. UU., dado el peso de este país en la
balanza exportadora dominicana.
A modo de conclusión.
Las declaraciones de empresarios y economistas destacan la
incertidumbre, la volatilidad comercial y los riesgos económicos que la
administración de Trump está generando. Como anticipamos en un artículo previo
sobre las perspectivas geopolíticas para el 2025,
Finalmente, sería interesante conocer la opinión de los Trumplovers en
la República Dominicana, quienes podrían tener una perspectiva diferente sobre
esta situación. ¿Será que su admiración al presidente estadounidense es tal,
incluso cuando se ve reflejado en una amenaza directa para nuestra economía?
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